domingo, 15 de enero de 2012

Cultura y relatividad

Tras una larga temporadita sin actualizar, vuelvo a la blogoesfera. En primer lugar, quería desearos feliz año nuevo y ahora, pasemos a cuestiones traductológicas. Voy a referirme hoy a una cuestión de cultura y relatividad. Al traducir, debemos tener muy en cuenta conceptos relativos relacionados con la cultura. Voy a poner dos ejemplos de mi vida cotidiana que aunque no están estrictamente relacionados con la traducción, sirven para explicar estas diferencias culturales.
Un concepto como el frío o el calor, para una persona del norte de Europa, por ejemplo, de Inglaterra, acostumbrada a nevadas y temperaturas muy bajas, un invierno en el interior de España, puede resultar "caluroso". En cambio, para una persona acostumbrada a una temperatura más suave, como la de una ciudad de la costa, el mismo invierno en el interior puede resultar muy frío. En este caso, me refiero a una experiencia propia, el año pasado, viví en Reino Unido y cuando llegué a mi ciudad natal en Navidad, me pareció que la temperatura era muy agradable. Sin embargo, este año, vivo en Barcelona y me sucedió lo contrario.
Otro ejemplo es el de pronto y tarde, pongo el ejemplo de una conversación con una persona que ha estado mucho tiempo viviendo en Finlandia. Me referí al concepto "tarde" por la noche para indicar que no se hiciera ruido a altas horas de la madrugada y me preguntó compungida si las diez de la noche era muy tarde.
Esto que parecen sólo anécdotas puede dar lugar a no conseguir la adaptación correcta de un texto para los destinatarios a los que va dirigido. Por ello, considero que es importante tenerlo en cuenta en las traducciones.